A 90 minutos de un sueño

Os daban por muertos y ahora tan sólo 90 minutos os separan del primer gran premio de la temporada. Conozco ese vestuario y sé que no se respira ni un ápice de euforia y sí muchas dosis de respeto. Respeto por el rival pero también por vosotros mismos y por los colores que defendéis. Por una vida dedicada al fútbol en la que no siempre habéis encontrado la recompensa del éxito, por ese montón de obstáculos que os habéis ido encontrando en el camino, pero sobre todo por la satisfacción de jugar a este deporte que a la mayoría os lo ha dado todo… Pero también os ha quitado mucho.

Tenéis detrás a vuestras familias, a las que les habéis robado momentos irrecuperables para dedicárselo al fútbol y de las que jamás habéis recibido un reproche, tan sólo apoyo incondicional y mucha paciencia en los momentos de fracaso. Tenéis con vosotros a un montón de amigos que han sabido entender vuestras ausencias en las fiestas de los sábados, para vivir junto a vosotros momentos inolvidables en las celebraciones de los éxitos deportivos.


No quiero decir desde aquí que seáis ni más ni menos que otros futbolistas que militan en esta división y para los que también podrían ir dirigidas estas líneas, pero tampoco pienso permitir que sigan sin valoraros y os hagan de menos por el simple hecho de firmar un contrato a principio de temporada. Duele escuchar cómo algunos se han planteado incluso que tenéis que renunciar a vuestros objetivos deportivos para solucionar los problemas económicos del club. Desde aquí pido que no se mezclen las cosas, que os dejen disfrutar de lo que os habéis ganado a pulso y con el esfuerzo diario y que no os hagan culpables de una situación en la que vosotros sois las primeras víctimas. ¿Cuántos hubieran aguantado en silencio como lo habéis hecho vosotros? ¿Durante cuánto tiempo? Es una pena que poca gente sepa valorar esto, pero estoy segura de que los que lo hacen nunca olvidarán vuestros nombres ligados a la historia de este club.


Entre todos habéis conseguido crear una gran familia. Santi, has sabido, desde el silencio y la paciencia infinita sostener firme el timón de esta nave incluso en momentos de fuertes tormentas, con dos fieles escuderos, Nacho y Lele, que han sabido transmitirte la esencia de este vestuario. Un vestuario noble, con muchos sueños cumplidos y otros muchos por cumplir, con muchos momentos amargos a sus espaldas, pero la ilusión del primer día, con algunas alegrías que han recompensado todo y que ahora quieren revivir. Y después estás tú, Ramsés. Has creído en este proyecto desde el principio, confías en ellos más allá de su condición de futbolistas. Conoces sus defectos y sus virtudes y te has esmerado por mantener el barco a flote, para que nadie se saliera de la línea marcada. Pendiente de pequeños detalles que se hacen grandes en la soledad de un vestuario a oscuras. He vivido muy de cerca tus nervios, tus sonrisas y también tus lágrimas.

La tensión del barco a la deriva enderezado de manera magistral para llegar a este momento, el instante clave de la temporada. Un partido en el que sólo vale ganar para volver a soñar juntos. Os lo merecéis todo y por eso desde aquí os envío el último aliento que no es sólo mío, sino de todas las personas que siempre han creído en vosotros y que pase lo que pase el domingo lo seguirán haciendo porque vuestra grandeza va más allá de los límites de un campo de fútbol.