Exposición "Del alma de la pintura" de Patricia Azcárate

Mundos de artista

"La biosfera, la vida del planeta Tierra, ha ido desarrollándose al compás del azar y la necesidad. Mutaciones casuales daban como resultado individuos mejor adaptados y la mayor supervivencia de sus descendientes incorporaba esos nuevos rasgos a la especie.

El azar y la necesidad parecen haber sido también las fuerzas que han empujado a Patricia Azcárate en esta última etapa de su trabajo. La necesidad de trabajar en un espacio reducido, doméstico, y el azar de haber tropezado con estas esferas de vidrio donde, a decir de la artista, se desliza tan gratamente la pintura. Tal vez sea por enfrentarse a un nuevo soporte y un nuevo formato, el caso es que estas creaciones tienen la vitalidad y  el buen humor que acompañan los primeros pasos de una relación.Como en esos casos, aquí también ha habido que aprender a hacer las cosas de otra manera, ha habido que adaptarsea una nueva personalidad. Por ejemplo: el cristal está pintado por atrás, no por la cara que vemos. O sea, que la artista ha de pintar a la inversa de cómo lo ha hechosiempre: mientras que con el lienzo o la madera son las últimas capas pintadas las que quedan a la vista del espectador, en este caso quedarán las primeras. Eso significa que todas las rutinas de la aplicación del color y de su composición se alteran. Por otro lado, la reducción de la superficie de trabajo le ha conducido a una necesaria concentración de los motivos pictóricos, los gestos y los rasgos. El efecto que produce esta miniaturización, junto con la forma convexa de los discos, es el de una especie de visión cósmica de planetas y objetos siderales. Ya sabemos que la naturaleza, tan figurativa y reconociblecomo es a simple vista, deja de serlo en cuanto cambiamos la escala de la observación. Así, estas insinuadas esferas en las que aparecen límpidos torbellinos verdiazules orojinegros, nos recuerdan inmediatamente la visión dedesconocidos cuerpos celestes. La ilusión se completa cuando los miramos a través de las lupas que ante ellos ha colocado estratégicamente la artista. Como si fuera un telescopio, en este juego de apariencias que sin embargo son realidad en el ámbito simbólico, nos acercamos y luego no sumergimos en esos lejanos mundos planetarios. Olvidamos por un momento las dimensiones reales y creemos, como escribió Heráclito, que “El sol tiene el tamaño de un pie humano”.

Que este camino es fructífero lo prueba el hecho de que Patricia ha dado un paso más, uniendo los discos de cristal cara contra cara mediante una abrazadera, que a su vez fija sobre vástagos metálicos. Una solución limpia y acertada, que lleva la pintura al terreno de lo escultórico. Y que proporciona grandes posibilidades al combinar la transparencia y la opacidad de las dos caras del cristal, una ante la otra. Ahí encontramos pues piezas realmente impactantes, que juegan con el negro, el oro y la transparencia y parecen joyas u objetos de uso desconocido, pero que deben pertenecer a una extraña civilización oriental. En suma, tenemos a la vista un mundo nuevo, una nueva creación. Estas palabras valen para señalar que Patricia ha iniciado una nueva etapa, pero también para describirla: lo propio de esos dioses menores que son los artistas es crear universos, este pequeño universo al que estamos hoy invitados."

Jose Maria Parreño

http://www.lareja-art.com