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El “viernes de dolores” con el que el gobierno de Mariano Rajoy
ha certificado el fracaso más absoluto de sus políticas austericidas
-que, sin embargo, se obstina en mantener con nuevas recetas que son mas
de lo mismo- ha estado precedido en Castilla y León por dos datos
demoledores. El primero de ellos es que, por cuarto año consecutivo, en
2012 esta comunidad autónoma ha vuelto a perder población; y esta vez en
muchísima mayor proporción que en los tres años precedentes: 30.605 habitantes, el 1,2 por ciento de su censo.
El segundo es que la Encuesta de Población Activa del primer trimestre
de 2013 ha disparado la tasa regional de desempleo hasta el 22,71 por
ciento, cuantificándose en 262.000 el numero de parados (36.700 más que
un año antes).
Afirmábamos aquí el
lunes pasado que Castilla y León se encontraba en el punto más crítico
en sus 30 años de su historia autonómica. Y no conocíamos estos últimos y
desoladores datos sobre población y empleo, los dos principales
parámetros para evaluar el progreso social de ésta y de cualquier
comunidad autónoma. Con el agravante de que aquí ambos datos son
inversamente proporcionales.
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| José A.de Santiago-Juárez y Juan Vicente Herrera |
En 2009 el gobierno de Juan Vicente Herrera
decidió unilateralmente cargarse la Estrategia Regional contra la
Despoblación aprobada cuatro años por consenso en las Cortes de Castilla
y León. A partir de un diagnóstico compartido por un grupo
multidisciplinar de expertos de reconocido rigor científico, dicha
Estrategia proponía un amplio conjunto de medidas para atajar un
problema claramente estructural. Pese a que esas medidas apenas se
aplicaron, en los años siguientes la comunidad siguió ganando población,
pero ello debido al engañoso factor coyuntural de la inmigración
llegada a España en los años de crecimiento.
Se sabía que el
problema estaba ahí y habría de aflorar tan pronto bajara el suflé
demográfico de la inmigración. Sin embargo, la Junta abandonó esa
Estrategia común para sustituirla por una cacareada Agenda de la
Población a partir de la cual Castilla y León ha entrado en un ciclo
demográfico negativo, que acumula ya la pérdida de 54.000
habitantes. No sé si tras estos datos Juan Vicente Herrera seguirá
pensando que el problema demográfico de Castilla y León es un tópico que
se ha instalado en el imaginario colectivo, tal como se permitió
afirmar en las Cortes en febrero de 2009, justo el día que presentaba la
fracasada Agenda gestionada (?) por el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez.
¿Y qué decir del paro? La
evolución en los últimos 5 años es como para echarse a temblar.
Castilla y León cerró 2007 con 81.300 parados, que representaban el 6,99
por ciento de su población activa. Cinco años y un trimestre después,
esos datos se han disparado hasta los 262.000 parados y el 22,71 por ciento de tasa de desempleo
que arroja esta última EPA. Nada menos que 180.000 parados más ¿Qué se
ha hecho desde el gobierno autonómico para contener esta hemorragia de
destrucción de empleo? Posiblemente, la pregunta tendría que ser otra:
¿Cuánto empleo público ha destruido directa e indirectamente la Junta a
causa de los recortes presupuestarios aplicados en los tres últimos
años? ¿Cuánto a causa del desplome histórico sufrido por la inversión
pública?
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| Protesta conrra el despido de orientadores del ECYL |
Aparte
de las medidas paliativas de protección pactadas en el marco del
dialogo social, el gobierno Herrera ha permanecido impasible ante esa
hemorragia, sin afrontar en ningún momento el urgente plan de choque y
el gran pacto social por el empleo que requería la situación. Me
refiero a un plan de choque de verdad, no a ese falaz “plan de empleo
juvenil y local” en el que se están gastando los 30 millones de euros
procedentes de la vergonzante amnistía fiscal pactada en 2011 entre el
PSOE de Julio Villarrubia y
la Junta. Poco mas que una cataplasma en forma de una especie “mini
jobs” de seis meses que no resuelve absolutamente nada. Y mientras
tanto, cuando más falta hacía, se ha prescindido del grueso
de orientadores laborales que prestaba sus servicios en el Servicio
Regional de Empleo, el ECYL. Despropósito tras despropósito.
Se
supone que la flexibilización del objetivo de déficit fijado a las
comunidades autónomas ofrecerá margen para implementar esas políticas de
estímulos al crecimiento económico y a la creación de empleo que hasta
ahora en la práctica han brillado por su ausencia. Pero habrá que estar
muy atentos al destino que se de a ese suplemento presupuestario en
Castilla y León, no vaya a ser que parte del mismo se pierda en tapar
agujeros financieros ocultos. En este punto sorprende que el nuevo techo
de déficit que se maneja -un 1,2 frente al 0,7 previsto- le parezca al
presidente de la Junta insuficiente para atender los compromisos de
gasto público de la Administración Autonómica. Toda vez que ese medio
punto viene a significar 275 millones de euros con los que no se contaba
cuando se aprobó el Presupuesto de 2013, cabe preguntarse cómo hubiera
afrontado el gobierno Herrera los ocho meses que faltan de año sin la
revisión del déficit. Vaya usted a saber.
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| Obras de la Cúpula de la Energía |
Mientras tanto, los sueños de grandeza del pasado siguen pasando factura. Y ahora se ha conocido que la Junta ha paralizado la megalómana Cúpula de la Energía,
el pretencioso edificio institucional que daba lustre a la no menos
pretenciosa Ciudad del Medio Ambiente proyectada a la vera del Duero,
junto a Soria. El proyecto se puso en marcha con la oposición del
movimiento ecologista y tras
sortear la oposición del ayuntamiento soriano mediante una ley “ad hoc”
que está recurrida en el Tribunal Constitucional. Suponía una inversión
de 100 millones de euros, de los que la Junta reconoce haber gastado ya
52, ocho de ellos en la Cúpula ahora paralizada, de la que tan solo se
lleva ejecutada una tercera parte.
Otro fiasco más dejado en herencia por la ex vicepresidenta y consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruíz, y su mano derecha, el ex viceconsejero José Manuel Jiménez Blázquez, repescado como director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental en la actual consejería de Fomento y Medio Ambiente.
“Le había perdido la pista y pensé que, como tantos proyectos, estaba paralizado”, cuenta en “El País” Juan López de Uralde, el antiguo presidente de Greenpeace y lider del partido Equo. “Me llevaron a verlo y aluciné: es como Blade runner en la fresneda”,
añade López de Uralde. Y seguramente ignora que la de la Energía solo
era la primera de las tres Cúpulas del Duero proyectadas por la Junta.
Hace poco más de un mes la consejería ha fallado los concursos de ideas
convocados sobre las otras dos cúpulas, proyectadas en Valbuena del
Duero y Zamora, respectivamente. “El desenlace del concurso no supone el
inicio de las obras, dada la situación presupuestaria de las arcas
autonómicas”, aclaraba, menos mal, la información. De eso que nos libra
la crisis.
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