Un premio del que nunca más se supo

Aunque es muy frecuente que los premios se creen a mayor gloria de quien los convoca, “El topillo” se congratula de que algunos certámenes periodísticos adopten el nombre de reconocidos profesionales de la información, rindiendo de ese modo merecido homenaje a compañeros de acreditada trayectoria profesional. Otra cosa es que, después, los fallos emitidos por los jurados de turno estén a la altura de las circunstancias y no se presten a adivinar y a complacer la voluntad del poder convocante. Pero esa es otra historia que dejaremos para mejor ocasión.

El hecho es que me ha parecido plenamente acertada la decisión de la Diputación de Valladolid de dar el nombre de Luis Laforga al Premio de Periodismo Provincia de Valladolid en su modalidad de fotografía. Laforga ha sido y será un referente del fotoperiodismo y, más allá de su emotiva despedida y de su categoría humana, su nombre queda así justamente asociado al buen hacer profesional.

Lo mismo puede decirse del Premio de Periodismo “Luis Ángel Laredo”, instituido en 2008 en memoria del compañero que fuera jefe de prensa de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Valladolid.

En esta línea fue una lástima que no se consolidara el premio de periodismo parlamentario “Vicente Díez”, creado en 2005 por el grupo parlamentario popular de las Cortes Regionales, a iniciativa de su entonces portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez. El premio recayó en su primera y única edición en José Ignacio Foces Gíl, quien recogió el galardón de manos del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera. Por razones no explicadas, dicho premio nunca volvió a convocarse. Algún malpensado argumentará que con su primera edición el premio ya había cumplido plenamente su objetivo…

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