"Excusatio non petita..."

Le han sorprendido a "El topillo" las prolijas explicaciones ofrecidas por Juan Vicente Herrera para justificar su ausencia en la Junta Directiva nacional celebrada por el Partido Popular en la mañana del pasado miércoles. “Como no tengo el don de la bilocación, como sor María Jesús de Agreda, me he quedado donde debía”, dijo con la fina ironía que le caracteriza. Y ciertamente a la hora en que estaba convocada esa reunión de partido proseguía en el “mausoleo” de Villa de Prado la sesión plenaria de las Cortes iniciada en la tarde anterior, la del milagro de San Abundio.

Pero todavía más llamativo es que el presidente regional del PP haya desmentido que esa ausencia obedezca a “segundas intenciones” relacionadas con las discrepancias -cada vez más ostensibles- que mantiene con el gobierno de Mariano Rajoy. Y si, además de lo anterior, Herrera subraya su inquebrantable lealtad política al presidente nacional, resulta inevitable recordar aquello de “Excusatio non petita, acusatio manifesta”.

Vayamos por partes. Queda muy bien el presidente de la Junta y procurador burgalés proclamando su inexcusable obligación de asistir a los plenos de las Cortes. Pero ya que lo hace debería corregir su costumbre de ausentarse del escaño tan pronto contesta las dos preguntas que le formula la oposición al inicio de cada sesión parlamentaria, tras las cuales abandona el hemiciclo para regresar solo cuando los procuradores son llamados a votar. Salvo contadísimas ocasiones, el escaño de Herrera permanece vacío alrededor del 90 por ciento de cada sesión plenaria, tiempo en el que el presidente de la Junta se recluye en el despacho oficial que tiene habilitado en el “mausoleo”. Eso para una parte.

Y por otra, que la creciente pereza que le produce asistir a las reuniones del partido en Madrid es demasiado evidente. Fue el único presidente autonómico del PP que no asistió al comité ejecutivo nacional celebrado el pasado 21 de enero, primero que presidía Rajoy tras estallar el “caso Bárcenas”. Ese día ni hubo pleno de las Cortes ni el presidente de la Junta tenía ningún otro compromiso. Fue una ausencia clamorosa de la que tomaron buena nota en la calle Génova.

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