Tensión por los problemas en la línea 4 de autobuses: el Ayuntamiento reconoce los retrasos y los grupos municipales piden soluciones urgentes

El conflicto en torno a la línea 4 del transporte urbano de Segovia se intensifica tras semanas de quejas vecinales, advertencias sindicales y una respuesta del Ayuntamiento que ha desatado la indignación de distintos grupos municipales. La recomendación municipal de que los usuarios busquen alternativas a esta línea mientras se trabaja en su reorganización ha sido recibida con críticas por parte de la oposición, que reclama medidas inmediatas para garantizar el servicio público.

 

La línea 4, que realiza el recorrido más largo del sistema de transporte y que conecta buena parte de los barrios de la ciudad en formato circular, transportó a más de 1,5 millones de personas en 2024 y acumula ya más de 850.000 usuarios en lo que va de 2025. Este volumen creciente ha provocado que los retrasos y la saturación se hayan convertido en problemas habituales, especialmente en horas punta y durante los meses de verano, cuando se suprime el vehículo de refuerzo.

 

Desde el Ayuntamiento se han iniciado contactos con el comité de empresa del transporte urbano y con responsables de la concesionaria para estudiar fórmulas que permitan aliviar la carga de esta línea. Entre las propuestas en estudio, se encuentra el mantenimiento del refuerzo durante todo el año y la reestructuración de los tiempos de recorrido. Mientras tanto, se pide comprensión a la ciudadanía y respeto hacia los conductores, recordando que el servicio se ve afectado por el tráfico general de la ciudad y que la seguridad de usuarios y trabajadores es prioritaria.

 

Sin embargo, desde diversos grupos políticos del consistorio se ha calificado de inaceptable esta respuesta. La supresión del refuerzo en verano, los retrasos de hasta 40 minutos detectados en algunas franjas horarias y la falta de un plan de mejora concreto han sido motivo de denuncia, acompañadas de reclamaciones para reactivar de inmediato el vehículo adicional y convocar una comisión técnica urgente con todos los actores implicados: empresa, plantilla y grupos municipales.

 

También se ha denunciado que la presión del servicio sobre los conductores está provocando situaciones laborales preocupantes, impidiendo incluso que puedan hacer pausas básicas al final de los trayectos. Según fuentes sindicales, la plantilla trabaja con recursos insuficientes y bajo condiciones que afectan a la calidad del servicio.

 

Asimismo, se ha recordado que la línea 4 opera con autobuses que superan los diez años de antigüedad y que el Ayuntamiento no ha cumplido todavía con el calendario de renovación de flota previsto en contrato. A esto se suma el malestar generado entre los usuarios por la subida del precio de los billetes, medida que, según la oposición, no se ha traducido en una mejora del servicio.

 

Desde los grupos críticos se insiste en la necesidad de una estrategia integral de movilidad que apueste por un transporte público de calidad, sostenible y atractivo frente al uso del vehículo privado. Consideran que apostar por la mejora del servicio es clave para garantizar el derecho a la movilidad, especialmente en una ciudad que aspira a reducir emisiones y mejorar la calidad de vida urbana.

 

La situación de la línea 4 vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de repensar el modelo de transporte público en Segovia, atendiendo a las demandas de una ciudadanía cada vez más concienciada y dependiente de un sistema que debe ser eficaz, accesible y digno. Por el momento, el Ayuntamiento mantiene su compromiso de seguir buscando soluciones, mientras crecen las presiones para que se actúe con rapidez, consenso y transparencia.

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