Sonrisas de todos los colores.

SONRISAS DE TODOS LOS COLORES.

¿Es posible que la noche del viernes fuese la noche más emotiva de la música segoviana en toda su historia? No, no es posible, ES SEGURO.

Tanto, que aun tengo la emoción a flor de piel mientras escribo estas líneas. Juancho. Le conocía media Segovia, le quería Segovia entera. El cáncer (cuando se pase la pandemia hay que volver a poner el objetivo en esta enfermedad que se está llevando a demasiados, demasiado pronto) trató de borrar una sonrisa perenne el 3 de septiembre del 2020. No solo no lo consiguió, un año y pico después la respuesta de Segovia a su intento, fue una noche con sonrisas de todos los colores.

Mi amigo Mon (años y años de amistad, de amor a la música, de programas de televisión juntos, de luchar juntos por los derechos de las y los docentes y últimamente de tardes en su estudio grabando colaboraciones con otros grupos, la verdad es que le quiero un montonazo) el Teatro Juan Bravo, la Diputación, los músicos con los que Juancho tocó, sus compañeros de trabajo, la gente de esa pionera Televisión Segovia, El Chas y Juancar (Juancar es hermano de Mon ) que fueron unos magníficos maestros de ceremonias,[Img #61544] las dos hijas de Juancho, valientes y preciosas, toda la peña que quiso de corazón a Juancho estaba en el concierto, en el homenaje, en algo más que todo eso, en el acto que reivindicaba la alegría de vivir ( varias veces gritó Mon convencido desde el escenario ¡Viva la vida! )

Nos quitamos más de 30 años de encima para volver a abrazarnos, a disfrutar, a ser esos chavales que salían de “La Escuela” directos al trabajo (¿Eh Chas?), que “nunca veían la hora de partir”, que subían a la sierra de Segovia a dormir sobre el hielo, que amaban la naturaleza, que soñaban despiertos que eran eternos por su insultante juventud. Y lo cierto es que, de alguna manera, seremos eternos. Ayer, Juancho, nos dio esa última lección a todos: reparte sonrisas a lo largo de tu vida, sonrisas de todos los colores, y serás eterno.

Segovia, como muchas ciudades en esos 80 que tanto añoramos, despertaba a la música. Unos chavales de mi barrio, bajo el nombre de Crisis (luego hubo algún tipo de problemas con ese nombre, debía estar registrado y debido a ese “affair”, se pusieron Crisis Affair) fueron los pioneros junto a Formica Rufa. Al bajo de Crisis Affair estaba “Cañón” a la guitarra Luis Asenjo. Sus dos hermanos pequeños (Juancho y Buitrin) se unen al Mon y al Lili y nace Sonrisa Vertical. Los Crisis grabaron dos Lps y giraron con Asfalto y Topo, los Sonrisa tuvieron mala suerte, porque siempre lo diré y no exagero, estos se habían comido con patatas a los Hombres G, creedme.

Anoche tocaron ambos grupos, y la Competencia con el Postas (el Bruce Springsteen de Cantimpalos, el hombre que tiraba magdalenas) al frente con los incombustibles Benito y David y Peter Pan, y Buitres Again y El Canto del Bobo y Los Lagartos y para que no faltase de nada, se vino Kacho Casal, insigne batería uruguayo que profesa un confeso amor por Segovia y mantiene una gran amistad con toda la familia musical segoviana y se unió a los Sonrisa en la traca final, cuando “Cañón” ocupa el puesto de su hermano pequeño al bajo y a todos se nos hace un pequeño nudo en la garganta que desaparece pronto a ver al hermano feliz.[Img #61542]

El concierto era a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer. Todos sacamos nuestra entrada, todos. Los que tocaban, los que presentábamos, y, por supuesto, Segovia que agotó las entradas el mismo día que se pusieron a la venta en apenas unas horas. Y toda la recaudación, toda, se entregó a la A.E.C.C. No podía ser de otro modo.

Acudí al concierto con mi hermana, ambos nos habíamos criado en el barrio de “Los Asenjos” y “Los Galeras” la cuna de la música segoviana, el Carmen, y no queríamos faltar, ella vive en Madrid y se vino exprofeso para estar. Había que estar.

Chas, cuando presentaba, predijo que igual se escapaba alguna lágrima. El Buitrín, cuando me llamó para presentar a El Canto del Bobo, me dijo que me currase una presentación que nos hiciese reír, que había que celebrar la vida. No digo que no se resbalase alguna lágrima furtiva, es posible, pero tenía razón el Buitrin, la noche fue la que Juancho merecía, una noche llena de sonrisas de todos los colores.

Hay quien cree que triunfar en la música es ser conocido por muchos, se equivoca, triunfar en la música es que todos te recuerden con una sonrisa, y Juancho, que triunfó en la vida, nos enseño ayer cómo se triunfa en la música.

¡Siempre Juancho!

Aviso sobre el Uso de cookies: Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del lector y ofrecer contenidos de interés. Por favor acepte nuestra política de cookies para continuar con el contenido. Gracias.