DE PERSONAS Y COSAS

UNA CURIOSIDAD: ¿Sabían que Kevin es ya un acrisolado nombre español? Pues según el INE de 2020 ya hay 16.159 criaturas en nuestro país pululando bajo  esa denominación de origen. Algunas ya están creciditas, pues la cosa empezó coincidiendo con el estreno de “Los intocables” a mediados de los 80 y se disparó unos años después con la llegada a las pantallas de “Robin Hood”. Pero la mayoría son o están a punto de ser veinteañeros.

Si la cosa les parece pelín hortera les ofrecemos desengañarse inmediatamente. En la refinada República Francesa  los Kevins ya pasan de largo los160.000. Y un último detalle: los Antonios siguen siendo los amos del ranking  en nuestro país al superar los 655.030 con una media de 56 añazos.

UN PROBLEMA: Los incendios intencionados de contenedores de basura. Protagonizados según diferentes fuentes por jovenzuelos gamberretes, empleados descontentos o pirómanos en prácticas,  (todos ellos sin prueba alguna) llevan camino de convertirse cualquier día en un incidente grave. La colaboración ciudadana ya sea en sus diversas modalidades: Vigilantes de la mascarilla, Vieja del visillo, Insomnes sin fronteras, etc. van a tener mucho que decir.

UNOS ARBOLITOS: Estos que ven en las imágenes. Ubicados en la periferia del aparcamiento gratuito del Velódromo, han sido respetados en las reformas llevadas a cabo pese a tratarse de la especie  AILANTO también conocido como árbol del cielo, árbol de los dioses, malhuele o falso zumaque, del que ya escribimos en su momento que se trataba de una especie invasora procedente de China, de crecimiento rápido, muy resistente a la contaminación, que vive casi 50 años, que produce gran cantidad de semillas y encima con una enorme capacidad de rebrote. Prohibida en España, está considerada la más invasora y dañina que se ha apoderado de esta ciudad. ¿A ustedes les preocupa? A la Mandamasa (*) parece que no.

(*):¡Ojito, que hemos registrado el apodo!

UN DETALLE: El que ha tenido el Alcaide que preside el patronato del Alcázar, de hacerse cargo de las quejas de la práctica totalidad de vecinos que circundan la fortaleza sobre el uso excesivo y abusivo de la megafonía represora instalada en sus jardines, aunque también es cierto que no  propone suprimirla como debería pero si a atenuarla. Como además ha aprovechado para disculparse por las molestias ocasionadas con motivo de las prolongadas obras y lo ha hecho de forma extremadamente educada, es de justicia reconocerlo.  Por desgracia no se puede decir lo mismo de otras autoridades democráticas y electas, que ni en estas ni en diferentes quejas han dado la cara por los ciudadanos frente a cualquier poder factico. ¡Calzonazos y bragazas! Eso es lo que son.