Cuando el arte fluye, surgen ideas que calan como ‘Sin cauce’, una instalación artística, ambiental, patrimonial, didáctica… que es el primer trabajo del proyecto PatrimonializARTE, nacido en el Área de Innovación Docente de la Universidad de Valladolid (UVa) y que, tomando el agua y el plástico como materiales de experimentación, invita a reflexionar y actuar sobre tres factores: el uso del agua, el espacio patrimonial y la relación de la universidad con la comunidad escolar.
Este río de ideas nace en el campus María Zambrano de la UVa de Segovia, donde permanecerá hasta el 5 de marzo y sus afluentes recorrerán distintos colegios segovianos. Forman parte de esta “locura” de PatrimonializARTE Carmen Gómez, Lucía Valle, Gael Zamora y Jenifer Agudíez.
La propuesta es la siguiente: Utilizando únicamente un elemento repetido (botellas de agua coloreada) presenta tres espacios, conectados visualmente, que invitan a tres procesos diferentes.
ZONA 1: Un lugar para el disfrute estético y la consideración del ágora como espacio patrimonial
En la escalera se plantea un lugar para el disfrute estético y la consideración del ágora como espacio patrimonial. "A través de un pequeño elemento, que no dificulta el paso ni provoca un gran impacto, nuestro transitar cotidiano se ve alterado y nos permitimos prestar atención a la relación con el espacio desde un punto de vista no estrictamente práctico", explican.
Las botellas se suspenderán en la barandilla trazando un recorrido visual a través del color y el ritmo que invita a caminar sin prisas, a redescubrir el espacio de todos los días y a buscar belleza. La escalera se eleva sobre el ágora, lugar de encuentro para la comunidad universitaria, y conecta con otras alturas, conduciéndonos al resto de las zonas intervenidas.
ZONA 2: Un espacio para la reflexión medioambiental
En los ventanales del ala izquierda del segundo piso se plantea un espacio para la reflexión medioambiental. "A través de la acumulación de botellas, recogidas en las papeleras del campus, planteamos algunas cuestiones críticas como la producción de desechos plásticos, la extracción del agua fuera de sus cauces y lo artificial de nuestra relación con el agua que bebemos. Hemos normalizado un consumo fuera de su contexto natural y bebemos un agua que no fluye, estancada en envases de plástico, en pequeñas dosis, sin vida, sin sonido… Esta descontextualización del agua va de la mano del uso masivo del plástico, uno de los recursos materiales más contaminantes (de difícil descomposición, difícil reciclaje, gran coste medioambiental de producción…) y que, a la vez, supone un peligro para la salud pública".
"¿Pero, cómo de masivo es ese uso? -se preguntan- Generalmente, la gestión de nuestros desechos impide ser conscientes de la cantidad de los mismos que producimos. Pero… ¿Qué pasa cuando los almacenamos y los mostramos? Precisamente esto es lo que nos hemos propuesto evidenciar en esta instalación. Hemos reunido casi 500 botellas de agua, desechadas en las papeleras del campus durante un mes, para tener una pequeñísima muestra de las dimensiones de este problema. Para evitar la comercialización y el gasto innecesario, las hemos rellenado de agua de fuentes naturales que no dejan de correr (reflexionando además sobre el gasto que se genera con las fuentes continuas en las ciudades)".
ZONA 3: Paso a la acción
En los ventanales del ala derecha del segundo piso se plantea un lugar para la acción y el disfrute estético. La instalación es una obra que da especial importancia al espacio y que, con frecuencia, propone un papel activo al visitante. De esta manera -a través del recorrido, de la experimentación con los sentidos, de la manipulación, etc.- el espectador deja de serlo para convertirse en actor.
Esta zona se plantea como un espacio flexible pensado para ser intervenido. En él, cualquiera podrá “hacer fluir” el agua jugando con la colocación de las botellas, el color, la transparencia y el reflejo. Se trata de una propuesta lúdica para experimentar con composiciones flexibles y efímeras.
Esta instalación permanecerá en el campus del 19 de febrero al 5 de marzo. A partir de esa fecha las botellas utilizadas no se desecharán sino que serán cedidas a diferentes centros escolares para que continúen experimentando y reflexionando con sus alumnos. Para facilitar este proceso, PatrimonializARTE ha organizado una sesión formativa para maestros. En ella, los docentes pensarán juntos sobre algunas de las posibilidades didácticas de esta acción. De este modo, a imagen del agua, el ciclo del arte sigue su curso.